Las tareas del día a día pueden ser muy abrumadoras. Sabemos que tenemos que hacer miles de cosas, que al llegar a casa nos esperan obligaciones y pendientes. Por las noches repasamos la interminable lista de quehaceres y nos estresamos más, y al final del día realizamos sólo un 15%. Pero estos escritos tan aterradores pueden convertirse en objetivos cumplidos que nos den satisfacción si seguimos una estrategia sumamente efectiva.
Los pendientes que debemos realizar en seriales ocasiones no son más que insignificantes quehaceres que pueden despejarse de nuestra lista en poco tiempo. Sin embargo no los realizamos porque el ejercitarlos implica un desgaste mental un poco más grande que un cansancio físico. El pensar en hacerlos ya nos genera pereza, pero un experto ha descubierto cuál es la clave para tachar la procrastinación de nuestras listas.
Un súper truco: cómo realizar las tareas de manera rápida y sin padecerlo
En su célebre libro “Getting Things Done”, David Allen expresa y descubre una regla sencillísima que puede despejarle la mente a muchas personas. Esta simple indicación es capaz de solucionarte pendientes que te mantenían en vilo por mucho tiempo pero que te generaban pereza hacerlos. Este consejo es la regla de los 2 minutos.
Realmente se trata de un consejo sumamente útil y lo suficientemente aliviador, además de ser más que efectivo y consta de un poco de voluntad durante 120 segundos. El objetivo de la regla de los dos minutos es que dejes de pensar en recordar lo que hay que hacer y simplemente lo hagas. Esta indicación tiene dos modalidades: una es la duración exacta de la tarea y otra es el tiempo que le dedicaremos.
Dos modalidades: pequeñas tareas y formar hábitos
Las pequeñas tareas pueden despejarse rápido: existen algunas pendientes que toman tan poco tiempo como 120 segundos, y algunas menos. En casa, por ejemplo, anotar lo que hace falta comprar en el supermercado, lavar los platos inmediatamente después de comer, meter la ropa en la lavadora, sacar la basura o recoger lo que te encuentras tirado y llevarlo a su sitio. Haciendo la regla de los dos minutos vencés esa pereza que te generan las micro tareas, que si nos ponemos a analizarlas, demandan una ínfima parte de nuestro tiempo.
Construir hábitos puede llevarte solo dos minutos: en múltiples ocasiones no comenzamos nuevas tareas o rutinas por el desgano de saber el tiempo y el esfuerzo que nos llevará hacerlas y mantenerlas en el tiempo. Sin embargo, existe una manera de sobreponerse a este obstáculo creado por nuestras cabezas: hacer la actividad por sólo dos minutos. Empezar a realizar el pendiente y mentalizarnos que será por solo dos minutos su desempeño. Luego verás que te terminarás enganchando y llegarás a realizarlo por mucho más tiempo.